Secretos, recovecos y pasadizos

Registro cotidiano de aquellos episodios de vida que uno puede contarse a sí mismo sin sonrojo, una feria donde se exhibe la mercancía mental menuda y donde el espectador está ocupado arreglando sus asuntos como para observar los del vecino.
El efecto osmótico al explorar las ideas que se quedaron arrinconadas en mis cajones mentales, al lado de dónde dejé las llaves esta mañana y el cumpleaños de esa persona que hace años no veo.

Hambre de buey

Compulsión. La elocuencia del poder. Ave de tempestades al pairo de la ocurrencia sin credibilidad. Membretes y orígenes inciertos.

Una frustración resultante de una valoración excesiva innecesaria que me toca los extremos desde hace más de 13 años. Escribo para recordarme que el compromiso es conmigo, sin permitirme creer que esto puede más que yo.

Hoy Lunes, no sé qué de febrero, tengo mi primer ataque de ansiedad con 25 años. La frecuencia y duración siguen disminuyendo, la intensidad se siente mayor en los primeros minutos en comparación con los episodios pasados, pero lo puedo manejar mejor y eso es reconfortante en cierto modo.

En algún miedo debo descubrir mi valentía

La coherencia entre lo que se piensa, siente y hace nos permitirá ser feliz. Para ello permitir a nuestras emociones notificarnos de lo que sentimos se vuelve fundamental, así como enfrentar nuestros miedos e intentar relativizar problemas, y si algo no logramos, no nos culpemos. 
Me mantengo en paz con todo lo que me ha sucedido, lo que me sucede y sucederá. Estoy haciendo lo mejor que puedo, así que intento ser gentil conmigo misma. 
Es difícil, así que me ofrezco una disculpa sincera por lo que me he hecho y me pido comprensión y paciencia por todas las veces que me voy a fallar.