martes, 25 de agosto de 2020

Al diablo con el diablo

Hoy soñé con el diablo. ¿Eras tú?

Era muy guapo, me sentía loca por él (¿ya estaba loca antes?), no tengo idea del por qué. Yo no sabía quién era (¿eras tú?) hasta que me llevó a su lugar; me di cuenta de la existencia de varias mujeres más, todas luciendo tranquilas y ansiosas a la vez, podíamos oler algo extraño en el lugar, era más lujoso que cualquier otro cuarto de ese hotel en donde todas nos hospedábamos. En nuestro contexto había otros hombres que morían poco a poco de maneras inusuales y cada vez todo se tornaba más silencioso. El ambiente que en ese entonces lucía radiante, se fue opacando por la oscuridad que lo acobijaba. Momentos después, entra otra mujer la cual dejaba al descubierto su desconfianza en aquel lugar, desbordaba ansiedad. En un descuido en el que el diablo desvió su atención, ella salió corriendo y yo tras ella. Corrimos como nunca antes mientras la salida se alejaba cada vez más cuando pretendíamos acercarnos, se sentía el estancamiento, ella queriendo renunciar y yo obligándola a seguir suplicando que no dejara de correr. Al final fui yo quien rebasó toda lentitud y al estar a punto de llegar a la puerta, terminé jalándola conmigo mientras ella tropezaba; al voltear sólo podías observarlo a él (¿a ti?) tomando una bebida desde su balcón mientras nos veía como quien ve algún programa de entretenimiento. Abrimos la puerta desesperadamente y sólo había negro. No se veía piso o si había algo más, solo era el abismo. Era imposible, adentro del hotel se podía disfrutar un cielo tan lindo, cálido y despejado, era de día, había flores, había calma hacia donde voltearas pero al abrir la puerta para salir sólo era el abismo. Entendí porque se había quedado tan tranquilo mientras nos veía alejarnos, total, nadie había querido explorar la oscuridad de los desconocido. Pero fue más mi miedo, que decidí saltar. Y desperté.