Tratar de escribir es la única forma de salvarme, y hay días en los que me pregunto si salvarme vale la pena, porque me pesa la vida con todo este equipaje que llevo arriba.
Hay un momento en el que entiendo que lo difícil no es tomar una decisión, sino asumir las consecuencias y es que nada quema más que las lágrimas de rabia, sobretodo cuando las interpreto como las respuestas a mis dudas y no hay nadie ahí para salvarme, por eso escribo, escribo aunque luego lo borre, aunque al rato rompa y tire este pedazo de papel y me desborde.
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