domingo, 12 de abril de 2020

Toque de queda(te)

Recuerdo el día del encuentro, regresé feliz a casa. Cualquier cosa que aportara calma era bienvenida, y entró.
Acariciando humedades aprendí a ver sus ojos y las cosas que me dicen. Aprendí a compartir la almohada para gritar y a transformar las risas como unidad de tiempo.
Ojalá entendiera todo lo que no digo. Pero brindo, brindo por las veces que me hace sentir valiente sin serlo, y por enseñarme que quitarle poder a lo que me hace daño también es ser valiente. Y de repente, me quito las ganas y me convierto en aire, me siento valiente y lloro.




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